REFLEXION DE WILLIGIS JAGER
Estamos viviendo simultáneamente en el tiempo y
en la eternidad.
El tiempo es producido por nuestra razón,
la atemporalidad es nuestra naturaleza más profunda.
Imaginemos una regla graduada: en una cara hay
divisiones, la otra cara es lisa; únicamente des
de el interior de la regla se pueden experimentar
ambas caras, pero desde fuera, sólo podemos ver
primero una cara y luego la otra.
No podemos pensar la eternidad,porque solamente es po
sible imaginar una sucesión de períodos de tiempo.No po
demos pensar la carencia de espacio, porque nuestra
mente tan sólo puede concebir el espacio dentro de otro
espacio.
-Nuestro verdadero problema no es el morir, sino
nuestro apego a una forma determinada, a esta
concreta forma actual nuestra-
¿Adónde va la vida cuándo desaparece?
A ningun lugar. Y no viene de ningún lugar, puesto que
está presente de forma a-temporal cuando entra en la
vida.
Dios surge en el árbol como árbol,
en la persona como persona y
en la galaxia como galaxia.
En el ocaso Dios es el ocaso, y de
esta forma el fin en realidad es el
comienzo, es la consumación de Dios,
la evolución de Dios.
Dios también se revela como el morir.
Dios es la potencia formadora de toda forma,
porque Dios nunca existe sin forma.
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